Érase una vez ... una cómoda triste y marrón, no la quería nadie pero un día, todo cambió ... nos enteramos de su situación y la acogimos en nuestro estudio, le dimos un poco de cariño y lija, de afecto y pintura, la adornamos con unos tiradores realizados con cuerda de cáñamo, rematados en hilo rojo etc...
y la llevamos a una exposición ... donde se encontró con una pareja encantadora y me alegra contaros que ahora tiene un nuevo hogar ...
y sí ... comieron perdices .... jijiji!!! :-)